Ficha técnica: "La última sesión de Freud", de Mark St.Germain.
Dirección y adaptación: Daniel Veronese. Escenografía: Diego Siliano. Vestuario:
Laura Singh. Iluminación: Marcelo Cuervo. Actores: Jorge Suárez y Luis Machín.
Multiteatro.
La idea de enfrentamientos de personajes que nunca se encontraron en la
realidad es una licencia bastante aceptada en la literatura y muchas veces va
acompañada de éxito.
El escritor y guionista norteamericano Mark St.Germain se vale de este
planteo para armar con Freud y el escritor irlandés C. S. Lewis, un encuentro
singular.
En el escritorio del padre del psicoanálisis en Londres, un vital hombre de
ochenta y tres años, recibe una visita del profesor C.S.Lewis. Mientras Freud
está aquejado de una cruel enfermedad, su joven invitado (poco más de cuarenta
años) viene
acompañado por la fe, esa que le armoniza el rostro y la vida.
PASADO TRAGICO
Freud escucha la radio transmitiendo el caos de la situación en Inglaterra,
que ha entrado en la Segunda Guerra Mundial, precipitada por el ataque alemán a
Polonia. Freud es un individuo torturado por un pasado de persecución y exilio
al que se suma la enfermedad que lo acompaña desde años atrás. El irlandés Clive
Staples Lewis, por el contrario, es un joven profesor recientemente reconvertido
al cristianismo, querido por sus actuaciones radiales y con un promisorio futuro
literario.
La obra plantea el diálogo que se produce entre un ateo y un cristiano, entre
un escéptico racionalista y un creyente en la magia de la palabra, la locura de
la ficción y la serenidad de la fe.
¿Qué es lo que atrae verdaderamente en esta obra? Porque nadie piense que va
a oir sesudos comentarios germánicos enfrentados a transparentes reflexiones
gaélicas, teñidas de misticismo cristiano. La clave está en varios puntos, la
diversidad y el gran dominio de la técnica dramática que tiene su autor Mark
St.Germain. Y si a esto se suma la importancia de los personajes, la notable
interpretación de los actores y un director como Daniel Veronese, el efecto es
completo.
ENTRE AMIGOS
St. Germain es un animal de teatro, pero también un conocedor del guión
cinematográfico, del documental y los musicales. Con una pronunciada fluidez
narrativa enfrenta a un agnóstico como Freud y a un cristiano como Lewis, con la
frescura de una conversación de amigos y el aporte invalorable del humor.
Anécdotas de la vida de ambos personajes, un diálogo que muestra al
psicoanalista como en guardia para preservar su racionalismo y cordura, chistes
que matizan el encuentro van formando una relación que, de haber existido,
exhibía todas las tendencias para profundizarse.
Pero así como hacemos hincapié en la acertada técnica de un autor, no puede
obviarse el momento donde la técnica deja paso a la magia del teatro y la fuerza
de la emoción. Y hay un instante, casi al final, en que el drama estalla y con
el desencadenamiento del dolor se rompe cualquier lazo que hasta el momento
separaba a los personajes.
Obra impecablemente construída, con una escenografía de estilo europeo hasta
en los más mínimos detalles, permite el lucimiento de dos actores inolvidables
Jorge Suárez y Luis Machín. |