27.3.12


   
ANTÍGONA ORIENTAL estuvo en Córdoba

   ¿Cómo se puede, a partir de los testimonios de ex presas políticas, hijas y exiliadas, víctimas de la dictadura militar uruguaya (1973-1985), dar un salto de veinticinco siglos y reactualizar el mito de Antígona de Sófocles? No es tarea fácil. Pero, la dupla VOLKER LÖSCH (director) y MARIANELLA MORENA (dramaturgista) logran que la heroína trágica que se enfrenta a la ley civil en defensa de las antiguas leyes no escritas, devenga una ciudadana de la banda oriental de estos tiempos. LÖSCH está considerado uno de los directores alemanes más representativos de la tendencia a revitalizar el arte dramático. Él mismo los expresa: “Hacer entrar la vida en el teatro”. ANTÍGONA ORIENTAL es una invitación, bastante compulsiva, a ir descubriendo los retazos de la tragedia clásica ensamblados en el aparato discursivo que crean las diecinueve voces del coro femenino. Para M.MORENA la tragedia sofóclea es la matriz donde –libremente- elige los temas claves para el propósito de la obra. Se pone de relieve, especialmente, la rebeldía de la heroína que enfrenta y denuncia los abusos del poder y las prohibiciones del tirano. Es una voz que persiste, aun desde la tumba, en esas otras voces de mujeres, víctimas de la dictadura, que por fin se atreven a contar sus historias y defender su dignidad. Es de destacar, sin embargo, que en la puesta el fervor testimonial no mengua, de ninguna manera, el valor artístico de la pieza. Se ha afirmado que el teatro de LÖSCH es meticuloso, preciso y justo. Lo pudimos comprobar en las impecables y sugestivas resoluciones escénicas. En, por ejemplo, el acertado juego de “Creonte por tres” (son tres los actores que encarnan al protagonista masculino), se consolida la idea de un poder despótico, envolventemente burocrático y destructor.
    Dicen que uno de los nortes del director es el impacto ideológico sobre el público. Con su ANTÍGONA ORIENTAL, no le ha fallado la brújula.

                                                                                       Yolanda Beguier, espectadora.



23.3.12


NOCHE EN EL STAND UP CLUB

MALICHA.- Me gustó.
LAIOLI.- A mí también.
M.- Esto del stand up me tenía intrigada…
L.-  No es nada fácil el arte de parado, micrófono en mano, solita su alma, y… a     hacer reír.
M.- De Battisti (Juan) se pasa, ¿eh?, te hace entrar como por un tubo al espectáculo.
L.- Así es; simpáticamente dotado el presentador. Ahora, el Ema Rodríguez te conquista también de entrada, con esa mezcla de cancherito de barrio y satandupero en acción. ¿Viste? No deja los pies quietos. A mi marido le hubiera encantado. No se salvó nadie, políticamente hablando, en la sacada de los trapitos al sol, ¿no?
M.- Ja, ja, ja (risa, mejor dicho carcajada malichense) El petisito es buenísimo como actor ¿Te acordás cuando lo vimos?
L.- Sí, Jorge Monteagudo es bárbaro.
M.- Pero, ¿no lo notaste un poquito demasiado histriónico para el género? digo. El monologuista se tiene que parar y hablar. Más que “lo espectable” tendería a ser “lo audible”…
L.- Bueno, no me parece que exista una sola foma de abordarlo. Este chico, aparte de ser un experto en orgasmos es muy bicho y encontró la forma elegante de justificar el machete en escena.
M.- Ji, ji (risa discreta) Me parece buenísimo que la cereza de la torta, como anunció el presentador, fuera una chica.
L.- Sí… No son tantas las mujeres standuperas, ¿no?
M.- Pero, ¿no te pareció que  Elisa (Gagliano) estaba algo intranquila?
L.- No sé si intranquila, más bien tentada.
M.- Sí, qué jodido cuando el que se ríe está arriba del escenario, ¿no?
L.- A mí, Buster Keaton me encanta.
M.- A mí me encantó el lugar: las mesitas, las velitas, la música…
L.- Los sánguches…
M.- Para recomendar. Y un horario repiola: los jueves, a las 21, en el Hugo del Carril.
L.- Y sobre todo si sale con monologuista invitado, como dice el programa.


8.3.12

Cultura, Revista Criterio
Nº 2379 » Marzo 2012

Cine: Dos miradas que se complementan

por Sendrós, Daniel · 
Tributo al cine mudo de la mano de El artista, coproducción franco belga, dirigida por Michel Hazanavicius; y la norteamericana La invención de Hugo Cabret de Martin Scorsese.Con el tiempo, ya no importará cuál de las dos ganó el Oscar. Ambas se lo merecían,aunque, sinceramente, nuestro corazón siempre estuvo con la franco-belga, pordiversas razones, pero sobre todo por una en particular: es encantadora.
No por eso hablaremos mal de la otra. Al contrario, también es una joyita, sólo que de diverso material y con distinto reflejo. Además, tienen encomún. Ambas rinden cariñoso homenaje al cine mudo. Y, como si sus autores  conscientemente hubieran decidido complementarse,la norteamericana evoca los comienzos del cine en su cuna de París, y lafrancesa evoca el final del mudo y el arribo del sonoro en Hollywood. Las dos muestrancariño y admiración por los artistas de aquellos tiempos. Las dos se centran engrandes triunfadores que caen luego en la derrota y el olvido, para recuperarseen el acto final, ayudados por el enorme cariño de agradecidos admiradores. Asítambién agradecen los autores de hoy las maravillas que hicieron sus admirables antecesores.
Enverdad, la mayor diferencia es que “Hugo” rinde su homenaje al pasado empleándolos mayores recursos de  efectos digitales,tridimensión, etc. del presente (como cuando en casa el nieto les muestra a losabuelos cuánto se avanzó hoy a partir de sus viejas creaciones), mientras queEl artista hace el camino inverso: está hecha casi exactamente igual que laspelículas de 1927-29, es decir, la etapa de mayor madurez del cine silente. Esmuda, con acompañamiento orquestal (incluyendo Estancia opus 8 de AlbertoGinastera y algunos temas de moda en aquel entonces), enteramente en blanco ynegro, y en el viejo formato cuadrado. Lo de “casi exactamente igual” es por laedición digital, que se disimula sin problemas, y por el guiño inicial que nospone en clima y nos da a entender qué ingenuo era, todavía, el público de entonces.
Dos minutos después, también nosotros gozamos de similar ingenuidad. Pero la obra, aunquelo parezca, no lo es. No lo eran, aunque pudieran parecerlo, las de Murnau, Mamoulian, Vidor, Borzage, o el Hitchcock de la etapa muda, que aquí sirven de inspiración. Simplemente, hablaban a su público. Al corazón de su público.
Conviene ver esta película sin mayor información previa. Encontrarse con ella. Recién después, si uno quiere, conocer algo más sobre sus responsables (los protagonistas son maravillosos) y veralgunas piezas de esos autores mencionados, y las de Douglas Fairbanks, laschicas “flapper” de los años 20, y las posteriores Nace una estrella y Cantando en la lluvia.
En cambio, a Hugo la disfrutarán más quienes sepan algo sobre Georges Méliès, el padre del cine fantástico, los efectos visuales y las cintas para niños. En este caso, laobra tarda en arrancar y da muchas vueltas, pero termina bien, tiene su emocióny su gracia. Otra forma de complementarse: El artista arranca como comedia y se vuelca a melodrama intenso, Hugo arranca como historia tristona y sevuelca a aventura de reconocimiento. Y en ambos casos las generaciones se unen,la gente es agradecida, nadie es tan malo como parece, hay final feliz,  y el público sale contento de la sala.
Postdatapara interesados. Méliès, máximo productor y artista en 1903, empezó a ver eldescenso en 1913, quebró en 1923, enviudó, y sobrevivió trabajando en un kiosko de su segunda esposa, actriz retirada. Allí lo descubrió en 1928 León Druhot,director de “Cine-Journal”. Le armaron un homenaje en la gran sala Pleyel,Louis Lumiere le dio la Legión de Honor, etc, y en 1932 lo llevaron con esposay nieta al asilo de artistas de Orly. Cuando murió en 1938 ya lo habían olvidadode nuevo.
Dos cortos evocan esa época oscura en un rinconcito de la estación Montparnasse,hoy también olvidada: “El gran Méliès”, de Georges Franju, que iba a visitarlo al asilo, y “Pamplinas”, de Javier Garrido, Argentina, que culmina diciendo“Entre 1896 y 1913 hizo cerca de 500 cortos maravillosos. Después se puso un kiosko”. Basta una simple palabrita, un pronombre personal de dos letras, quepara nosotros es toda una afirmación: “Sepuso un kiosko”. Y la cosa cambia. Qué tanta lástima.

7.3.12

Antes de que sea tarde ...


recopilado por Carlos Ponce

6.3.12

PERIPLO IMAGINARIO

 Por Yolanda Beguier, hipotética espectadora.

Entre los antiguos un periplo era un viaje “alrededor de”; generalmente se refería a las islas, tan numerosas en los mares griegos. Proponemos, imaginariamente,  realizar uno, a Buenos Aires para ver teatro.( Experiencia, por otra parte, que ya hemos realizado no ha mucho tiempo y que desearíamos reeditar.) Un periplo en torno a las islas-salas teatrales de diferentes categorías: Primera isla: Teatro comercial. Elegiríamos alguna de estas tres obras de autores extranjeros que rezuman contenidos freudianos (Cfr. Nota de Tapa, Revista Ñ.440,03/03/12): La última sesión de Freud de Mark St.Germain, con dirección de Daniel Veronese;  En el cuarto de al lado de Sarah Ruhl, dirigida por Elena Tritek, o Toc Toc de Laurent Baffie y dirección de Lia Jelin. Segunda isla: Teatro oficial. Sin vacilación, proa al Teatro San Martín para ver la última del maestro Mauricio Kartun: Salomé de Chacra, un neo grotesco que recrea en el ámbito rural de la carneada el mito cristiano de Juan el Bautista y la seductora Salomé. Tercera isla: Teatro independiente. Acá la navegación se remansa porque el paisaje es variopinto. Se podría optar por tocar Timbre 4 (ya aludido en anterior entrega) y

MENSAJE DE LA DRAMATURGA QUEBUQUENSE SUZANNE LEBEAU

Recopilado por Yolanda Beguier

Queridos amigos:
Me gusta el teatro.
Me gusta la magia de este arte
en el que estamos todos reunidos en la misma sala
y sin embargo (personas, individuos) únicos….
Cada quien con (tiene) su historia.
Descalzos o con zapatillas de lujo
En el frío del polo o en el calor del trópico.
Cada quien con su humor,
su familia, sus gustos, su color de piel,
sus problemas, sus sueños.
 El teatro me gustó todavía más
 Cuando la actriz que fui conoció al joven público.
 Me di cuenta de la sutil frontera entre la realidad y la ficción.
¿Quién dice la verdad, si es que la verdad existe
¿Quién miente
'¿Quién habla mejor, más dulcemente ( tiernamente, cariñosamente) al hombre sobre hombre? (de hombre a hombre)
¿La realidad o la ficción?

Es grande la tentación de creer que la realidad dice la verdad
y que la ficción miente.
Por qué entonces una bofetada,
una simple bofetada en escena me emocionó (conmocionó, trastornó, enojó) tanto
el otro día.
Cuando ayer, yo veía sin conmoverme imágenes de la guerra
en directo, por la televisión.
Pensando que la catástrofe mañana sería más grande
Más pesada, más grave.
¿Por qué?
La pregunta es fabulosa…. e inagotable.
Ese es el misterio que hace que el teatro sea tan raro y preciado ( apreciado)
Todos ustedes que están ahí sentados… esperando que la luz se haga ( se encienda)
Díganme, dónde está la verdad , si es que la hay. (si es que existe la verdad)
Díganme, dónde está la mentira, si es que la hay. (si es que existe la mentira)

Con toda mi amistad que es muy grande. Suzanne Lebeau

5.3.12

En Darwin la Historia te alcanza...(y sacude)

Recopilado por Charly :
nuestra Malicha aporta su orgullo bien merecido, nos hizo llegar noticias del blog donde Martín Ezpeleta cuenta con una notable calidez y sobriedad su experiencia en Malvinas.
Ezpeleta en las Islas Malvinas (clikeá y emocionate)

"Pero en Darwin la historia abandona los libros.
Te encara descaradamente, se te pone en frente y te agarra
con las defensas intelectuales bajas.
Y ahi, frente a los soldados muertos y por primera vez,
lloré por las Malvinas."


4.3.12

“Esa edad de oro, si es que existió, es un paraíso perdido”

Recopilado por Charly

CLAUDIO ZEIGER Y SU ENSAYO EL PARAISO ARGENTINO

El escritor y editor rescata críticamente a ocho autores –Eduardo Mallea, Beatriz Guido, Marta Lynch, entre otros– cuyos libros a duras penas se encuentran en librerías de viejo. Pero formaron parte del boom de la novela argentina durante los años ’50

Por Silvina Friera
La chispa de una anécdota harto conocida amortigua el drama de dos protagonistas de la literatura del siglo XX. El sentido del humor permite iluminar un par de contradicciones del pasado, aparentemente difíciles de conciliar. “¿Verdad, Manucho, que vos y yo somos los dos únicos escritores argentinos que vivimos de nuestros libros?”, preguntó Silvina Bullrich. Quizás arraigado para siempre en la iconografía del escritor de mundo, tan criollo como barroco, Manuel Mujica Lainez, habilidoso a la hora de patear la pelota hacia la cancha contraria, le contestó: “Yo no, che. Serás vos. Yo vivo mucho mejor”. Este diálogo, revisitado en un contexto donde se debaten la trama y los cimientos culturales del país, forma parte de un jugoso ensayo, El paraíso argentino (Emecé), de Claudio Zeiger, que se

Siempre nos quedará el cine...

Recopilado por Charly

nota de Juan Carlos Di Lullo

Paseo con un guía de notables cualidades pedagógicas por grandes películas de todos los tiempos
AQUELLA DESPEDIDA INMORTAL. La frase con la que el recio Humphrey Bogart le dice adiós a la cautivante Ingrid Bergman -en una escena indeleble para varias generaciones-, es escogida por Feinmann para titular su último libro.
AQUELLA DESPEDIDA INMORTAL. La frase con la que el recio Humphrey Bogart le dice adiós a la cautivante Ingrid Bergman -en una escena indeleble para varias generaciones-, es escogida por Feinmann para titular su último libro.
Cine
SIEMPRE NOS QUEDARÁ PARÍS
JOSÉ PABLO FEINMANN
(Capital Intelectual - Buenos Aires)

José Pablo Feinmann ama el cine; ha sido, además, guionista de varios títulos importantes dentro de la filmografía nacional. Escribió un par de libros sobre el cine, y esta es la tercera vez que se ocupa de ese fenomenal entretenimiento que desde hace más de una centuria fascina a públicos de todo el mundo. Precisamente, ese es el punto sobre el cual hace foco en su análisis: con mirada aguda y prosa fluida, se ocupa de una serie de filmes de distintos géneros, épocas y nacionalidades para demostrar que en las películas, el tema es siempre la condición humana.
Feinmann constantemente hace referencia a las emociones que el cine provoca