6.3.12

PERIPLO IMAGINARIO

 Por Yolanda Beguier, hipotética espectadora.

Entre los antiguos un periplo era un viaje “alrededor de”; generalmente se refería a las islas, tan numerosas en los mares griegos. Proponemos, imaginariamente,  realizar uno, a Buenos Aires para ver teatro.( Experiencia, por otra parte, que ya hemos realizado no ha mucho tiempo y que desearíamos reeditar.) Un periplo en torno a las islas-salas teatrales de diferentes categorías: Primera isla: Teatro comercial. Elegiríamos alguna de estas tres obras de autores extranjeros que rezuman contenidos freudianos (Cfr. Nota de Tapa, Revista Ñ.440,03/03/12): La última sesión de Freud de Mark St.Germain, con dirección de Daniel Veronese;  En el cuarto de al lado de Sarah Ruhl, dirigida por Elena Tritek, o Toc Toc de Laurent Baffie y dirección de Lia Jelin. Segunda isla: Teatro oficial. Sin vacilación, proa al Teatro San Martín para ver la última del maestro Mauricio Kartun: Salomé de Chacra, un neo grotesco que recrea en el ámbito rural de la carneada el mito cristiano de Juan el Bautista y la seductora Salomé. Tercera isla: Teatro independiente. Acá la navegación se remansa porque el paisaje es variopinto. Se podría optar por tocar Timbre 4 (ya aludido en anterior entrega) y

elegir Amanda Espera de Diego Faturos, o llegarnos hasta Teatro Anfitrión para ver La Patria Fría de Mariano Saba y Andrés Binetti (también el director): Nos recibirían con bombos y platillos y nos ubicarían en la trastienda de un circo pobrísimo perdido en medio de la pampa. Un islote particular es el Centro Cultural de la Cooperación, con una agenda nutridísima. Allí el grupo El Bachín ofrece La Gracia de Tener, con dramaturgia y dirección de Manuel Sánchez Iñurrieta. Poesía y política en dosis bien mezcladas con metafórico trasfondo, también de circo y payasos. O bien, podemos optar por Granos de uva en el paladar, sobre  cuentos de Susana Hornos que también dirige junto a Zaida Rico. Ponen el cuerpo seis actrices españolas para expresar el desgarro de las luchas fratricidas. Pero nuestro corazoncito nos haría desembarcar en segundas partes de sitios ya visitados: Maní con Chocolate II de y por la inefable Ana María Bovo. Imposible resistirnos al embrujo del cine: y más, cuando te cuentan esas películas que rescatan la magia de los tiempos idos. Y para terminar, un desvío: recalaríamos en el Teatro del Pueblo. Allí también hay seis mujeres (estas argentinas) que ponen en sus bocas Otros Gritos para mostrar el lado femenino de esa gesta de rebelión campesina que fue el Grito de Alcorta. La dirección es de Paula Etchebehere ; María Rosa Pfeiffer, Laura Coton y Patricia Suárez son las autoras.
Si quisiéramos hacer realidad este periplo necesitaríamos tiempo, pasión teatrera y pesos. Contamos, en nuestro haber, con los dos primeros. Pero el año es largo. Hay esperanzas.