1.6.11

DEBAJO DEL SILENCIO

comentarios de
Yolanda Beguier, espectadora

   Según Jacques Rancière, el espectador emancipado es aquel que cuando ve, siente y comprende el espectáculo que tiene delante, es capaz de componer su propio poema. Es decir, elabora su propia traducción para apropiarse de la historia que se le ofrece y hacerla suya. Frente a DEBAJO DEL SILENCIO, la última creación de  DANIELA MARTÍN, con producción de LA CONVENCIÓN TEATRO, que se ofrece en ESPACIO CIRULAXIA, puedo esbozar lo siguiente:

Están allí, dentro de un círculo, imposible huir. ¿Nos están esperando? Una invitación al silencio. Denso. Ominoso. De muerte. Denuncia de olor nauseabundo, a pudrición y a aves carroñeras. Extraños sonidos y ruidos que hacen crecer la inquietud. En la obra de DANIELA MARTÍN los muertos rompen el silencio para decirnos que en el infierno los seres claman por la vida. Y ahí está Antígona, la temeraria, que desobedece la Ley de Creonte y desafía su poder, en cumplimiento de leyes ancestrales, no escritas, que exige dar sepultura a los muertos. Pero, también se yergue su sombra: Ismene, la hermana desplazada, que hace oír su voz: su derecho a vivir en medio de tantos muertos. Parece que quiere decirnos que la era de los héroes ha fenecido, y que a los difuntos hay que enterrarlos. Y  se habla, además, del acecho y la violencia del mundo exterior, de los hacedores de la guerra y el exterminio de los fratricidas. Y, por supuesto, del derrumbe de la prepotencia del tirano frente al arcano de la Muerte. Cuando en la escena final los estertores agónicos de Antígona son ahogados por la lluvia de polvo, quizás podamos escuchar las voces reveladoras que siempre se esconden debajo de todo silencio. Obra de síntesis, ha expresado su autora, con otras palabras. En círculo, desde la propuesta escenográfica. Cuando termina, cuesta aplaudir. Quizás se trate de un círculo que, más que contener, ahoga.
Yolanda Beguier, espectadora.
Mayo 2011


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