31.7.11

Yo estuve aquí: Gelman y Mederos

Por
María Luisa Ezpeleta

La gélida noche del viernes encaminé mis pasos -vía ómnibus urbano- hacia el Pabellón Argentina de nuestra Ciudad Universitaria .  Quería presenciar el espectáculo que aquí tan bien describe la periodista de Página 12 sobre el estreno del mismo en Barcelona. Deduzco  que la segunda presentación fue en Córdoba y que a partir de esta semana será en Buenos Aires.  Hoy  31/07 saldrá el DVD con la edición  dominical del diario .  Un lujo.
Había mucha gente haciendo cola para entrar. La premiación de Gelman y sus indiscutibles méritos literarios habían hecho lo suyo porque la expectativa era grande. También los méritos de Mederos son genuinos pero a él hemos tenido más oportunidades de oírlo.
La sobriedad y el buen gusto de la puesta es digna de resaltar.  Los músicos y sus atriles a la izquierda del espectador.  Una mesa oval grande , una silla cómoda, una lámpara , una jarra de vino y una copa a la derecha.  Al fondo se proyectaban imágenes de...
formas irregulares en una pantalla gigante que por momentos iluminaban la escena con sus colores.  Probablemente no fue un acierto el artista elegido o las imágenes o quizás no quisieron que las mismas interfirieran con lo que ocurría en escena y guardaron así un discreto tercer plano.
El espectáculo alterna música, poesía y a veces se dan simultáneamente ambas: Gelman recita, y hay una suave música de fondo.  Los "solos" de ambos fueron muy aplaudidos (a fuer de ser sincera hubo profusión de aplausos merecidos todo el tiempo...).  Mederos interpreta producción musical propia , especialmente en el comienzo y luego se va internando en clásicos como "La pulpera de Santa Lucía", "Canaro en París" , "Adiós Nonino" , valsecito y milonga reconocibles.  Excelentes los músicos que completan el trío, especialmente el contrabajista.

Mientras esto ocurre Gelman parece gozar mucho de la música y Mederos de la poesía del maestro cuando los roles protagónicos se invierten.
Escuchamos a un Gelman hablar del amor en distintos momentos de su vida y recitando  a mujeres que le significaron mucho .  Uno no puede menos que sentir sana envidia ante las que supieron inspirar tales poesías. Su voz grave, calma y hasta monótona, hace que la sala se silencie para no perder palabra de las imágenes que nos iba dando de las distintas historias de amor que se adivinan detras de cada una.  Hasta incluyó a su madre, la que muere en Argentina en 1982 sin que  pueda verla por última vez dada la prohibición de volver al país que pesaba sobre él.
El Gelman del viernes no fue el poeta político pero sí nos dejó claro que es el que pretendió cambiar la palabra, no sólo cambiar el mundo en que le tocó vivir .  No vimos al poeta militante que se vislumbra en muchas de sus obras pero sí se percibe al poeta que rompe asumiendo compromisos , cotidianeidad  como uno más del pueblo, y no como "el elegido", quizás lo que lo diferencia de Neruda justamente
.
Encontré a entrañables amigos a la salida que me arrastraron a comer un guiso de lentejas en su casa.  Ellos criticaron que no hubo un programa que ayudara a saber qué se estaba interpretando o qué poesía de qué libro se estaba leyendo.  No hubo locutor en ningún momento.
Sí, en cambio, nos dimos el gusto de ver a quien armó el espectáculo y que estaba allí en vivo. Me refiero a la gran Cristina Banegas que, uno la imagina inmensa de alta y que es menuda.  Como a tantas personas admiradas uno las acrecienta en su imaginación.

Compañer@s, nos vemos el jueves pxmo
MALICHA