Carlos Ponce
La Voz OnLine – Domingo 4 de septiembre de 2005
Memoria de El Escupitajo
El texto que sigue es una reflexión de Fernando Berretta, uno de los integrantes de El Escupitajo: “En 1988 formamos el grupo El Escupitajo Producciones, estimulados por el pensamiento de Antonin Artaud y el Teatro de la Crueldad, de donde se desprendían algunas preguntas: ¿existe otro lenguaje teatral para el actor que no sea el lenguaje de palabras? ¿Existe un lenguaje de acciones, un lenguaje de sonidos, un lenguaje del grito pelado? ¿Cómo utilizar la palabra, cual
cross de izquierda de un boxeador, y encontrar así un sentido distinto a la poesía del teatro? No es que estuviéramos tratando de reconstruir el teatro de Artaud, sino que nos inspirábamos en él. Esto se mostró en la obra La Navidad de los Ivanov, de Alexander Vedensky. En la pieza se presentaba una cantidad de imágenes violentas y crueles; podía verse la decapitación de una persona, el descuartizamiento de un ave no de utilería; la muerte completa de una familia burguesa por envenenamiento; el maltrato deliberado y cruel impartido por una institutriz alemana a niños de 5 y 6 años. Buscábamos un teatro que influyera en el público como una epidemia, por intoxicación, por infección, por magia, un teatro donde la acción física se hallara en lugar del texto.
Ahora que el tiempo pasó, pienso que nuestras extravagantes y surrealistas investigaciones no hubieran satisfecho al francés. Lo que Artaud quería en su búsqueda era absoluto: deseaba un teatro que fuera un lugar sagrado; quería que los actores crearan espontáneamente una sucesión de violentas imágenes escénicas, provocando poderosas e inmediatas transmutaciones en la raíz de la mente del espectador para que a nadie le quedaran ganas de volver a un teatro de anécdota y charla”.
Integraban el grupo: Sergio Ossés, Cecilia Exeni, Daniel Cacharelli, Fernando Berreta, Virginia Cardoso, Sergio Sánchez.