14.10.11

Philippe Genty, Luciano y nosotros

De:
Laioli

Cuando Luciano contó la anécdota sobre el despertar de su vocación teatral, repentinamente, me asaltó el recuerdo de la primera obra de teatro que vi y me subyugó. Fue un inicio mucho más modesto. Ocurrió en mi ya lejana infancia, en San Salvador de Jujuy, a mediados del siglo pasado, en la sala teatral de una parroquia.No recuerdo de qué obra se trataba: seguramente alguna pieza harto moralizante y piadosa.  Sentada en la primera fila quedé extasiada contemplando a la jovencísima actriz que, de pie en mitad del escenario, miraba hacia uno de los laterales y nos iba narrando lo que acontecía fuera de escena. Lo lindo no se veía. Lo imaginábamos. Por esa época no sabía nada acerca del distanciamiento brechtiano o del allí kartuniano; pero ya el teatro me había cautivado por lo mistérico.  Mucha agua corrió debajo del puente, desde esa temprana iniciación. Nunca dejé mi condición de "amadora", en las lides teatrales. Pero mis mejores recuerdos están todos vinculados a experiencias escénicas inolvidables.  Y en la actualidad, pertenecer a una ESCUELA DE ESPECTADORES -  BLOGUERA por añadidura-  es un privilegio, que me permite seguir alimentando ese "fuego que no cesa" ¿No, querido Charly?

Yolanda Beguier